Es dificil para nosotros, en el trópico veracruzano, imaginar el rigor del invierno chanitense: heladas prolongadas, días enteros con temperaturas negativas, neblina persistente. Pero la naturaleza siempre compensa, y si bien en los momentos más severos de la estación las condiciones de vida pueden ser dificiles, le queda a uno la opción de dejarse llevar la belleza de los paisajes.
Vista de Champlitte bajo la nieve
Día soleado de invierno
Neblida helada
Paisaje cubierto de "givre", como se le llama a la escarcha en francés
Viñedos nevados